¿Cómo transformar una aula tradicional en un laboratorio? Hoy desde Educades, vamos a ver cómo realizarlo, pero antes tenemos una pregunta…

¿Cuántos de vosotros ha ido alguna vez a un laboratorio o algo parecido en la escuela?

Posiblemente muchos de los docentes y padres que estén leyendo esto, responderán nunca. Y si le preguntamos a muchos de los niños y niñas que actualmente están en la escuela, responderán lo mismo.

Desde las metodologías educativas más conservadoras, la ciencia siempre se ha venido “aprendiendo” desde nuestras sillas, en los pupitres, a través de un libro de texto que nos contaba y nos mostraba imágenes, en los casos más motivadores, de cómo se podían hacer diversos experimentos.

Laboratorio en el aula.

Muchos centros escolares no están equipados con laboratorios y los materiales necesarios para trabajar en ellos, pero hoy en día, está más que comprobado que se puede crear un laboratorio en el aula, con materiales cotidianos que nos facilitan la experimentación.

La ciencia está en cualquier parte, todo lo que nos rodea es ciencia y es una oportunidad que no podemos dejar escapar en dirección a la innovación educativa en nuestras aulas.

Beneficios de la ciencia.

Ya es hora de cambiar esa perspectiva conservadora, evitar escusas y falsos obstáculos y hacer ciencia, haciendo ciencia, valga la redundancia, por razones más que evidentes:

  • Permite al alumnado conocer el mundo que les rodea, el medio físico y biológico que compone ese entorno inmediato en el que se desarrolla.
  • Fomenta la manipulación y el aprendizaje por descubrimiento a través de la elaboración de experimentos científicos.
  • Alumnado como verdadero protagonista de su aprendizaje, investigador activo que irá construyendo a través de los experimentos sus propios conocimientos.
  • Incentiva el amor por la ciencia y despierta la curiosidad ante lo desconocido, de una forma divertida y motivadora para el alumnado.
  • Potencia el pensamiento deductivo en la búsqueda de conclusiones a partir de las hipótesis formuladas gracias a la ejecución de diversos experimentos que nos permiten extraerlas.
  • Acercar la ciencia a la vida cotidiana, descubrir su utilidad y práctica en el día a día.
  • Motivación en estado puro en el proceso de aprendizaje, descubrir, experimentar, manipular, elaborar hipótesis, extraer conclusiones… todo un mundo por descubrir a través de la ciencia.

Por estas razones y muchas más, es necesario ofrecer a los niños un viaje extraordinario por el mundo de la ciencia, por el mundo que les rodea, ofreciéndoles las herramientas necesarias para que ellos mismos sean los protagonistas de su aprendizaje, de ahí el mostrar cómo transformar una aula tradicional en un laboratorio.

“Un buen experimento lleva a muchos fallos, pero a mucho aprendizaje”, Jeffrey Phillips

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